‘‘Me gusta este tango que hacemos nosotros que está un poco en la orilla de dos mundos’’

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Adriana Filgueiras nos cuenta en exclusiva un poco la historia de este trío.
Malajunta es un proyecto que incluye obras clásicas del tango reversionadas con su propio estilo, el trío está compuesto por Adriana Filgueiras la voz, Jorge Alastra guitarra, composición, arreglos, y Juan Rodríguez violoncelo, acordeón y arreglos.
En 2013 lanzaron su primer disco Baldosa Floja, editado a fines de 2012 por Perro Andaluz, con el apoyo del Fondo Nacional de la Música, dos años más tarde, en julio de 2015 vio la luz su segundo disco, Dar, contando con la participación de músicos invitados, y fue grabado por Gerardo Alonso, masterizado por Luis Restuccia y editado por el sello Perro Andaluz, con apoyo de la Comisión Interministerial de Apoyo al Tango
Malajunta recibió dos premios Graffiti (premios de la música uruguaya) en la edición 2013 como Mejor Álbum de Tango (Baldosa Floja) y como Mejor Artista Nuevo, y la nominación como mejor disco de tango con Dar, a los premios Graffiti 2016.
¿Por qué se laman Malajunta?
Como algunos sabrán Malajunta es el nombre de un tango de Julio de Caro, pero en realidad nos gustó el nombre para honrar a las "malasjuntas" en general, esas contra las madres, abuelas y tías nos advertían, y que casi siempre son la más divertida y arriesgada compañía. Algo así como de las malas juntas es donde uno más aprende.
¿Cómo nace tu afición por el Tango?
¡Justamente, con este trío, ni un minuto antes! Si bien yo canto hace muchos años, nunca había cantado tango y en realidad tampoco era el género más escuchado en mi casa natal. Yo ya había grabado un disco y cuando Jorge (Alastra, el guitarrista y compositor del trío) me escuchó me propuso hacer algo tanguero. Para mí fue un honor y una sorpresa. Al principio le dije que no, no me animaba porque tenía el prejuicio de que los oyentes de tango son gente que sabe mucho del género y que esperan de un cantante cosas muy específicas, un tipo de vibrato, rubatos, en fin cosas que en general yo no manejaba mucho para cantar folclore, canciones de autor y música brasileña. Jorge ahí me convence, no sólo porque él es un gran guitarrista que admiro, sino porque me invita justamente a hacer algo un poco distinto, y crear un trío con el objetivo, no sólo de pasar bien, sino además de ir creando nuestro propio estilo, y propios temas. Entonces me dio la libertad para ir buscando cómo cantarlo. Claro que ni bien acepté la invitación empecé a escuchar mucho, mucho tango, a leer sobre sus historias, etc. Lentamente fui entrando en su mundo, pero fui entrando para también salir de él. Me gusta este tango que hacemos nosotros que está un poco en la orilla de dos mundos.
¿Cómo se conocieron? y ¿por qué decidieron formar este trió?
Con el violoncelista, Juan Rodríguez, yo había compartido hace varios años un espectáculo que armamos especialmente en homenaje a la bossa nova, se llamaba "Violín en bossa", y hacíamos versiones de temas brasileños junto a un guitarrista y un violinista, además del cello y mi voz. Nos habíamos entendido muy bien. Cuando Jorge me propone esta idea, desde el principio queríamos que fuera un trío como base del proyecto y pensamos en un contrabajo al principio, y luego por un tema de tímbrica y posibilidades, nos inclinamos por el violoncelo, y ahí mi primera opción fue invitar a Juan que aceptó, por suerte para nosotros, porque es un gran músico, que obviamente viene de la música clásica, y es de los pocos violoncelistas que se mueve cómodamente además con repertorios de música popular y tango. Juan Ya había acompañado a otras cantantes de tango en sus proyectos, pero es la primera vez que integra de forma ininterrumpida durante tantos años un proyecto tanguero, si bien también participa de otros grupos de tango instrumental. Y Jorge fue el creador del trío, el que le puso nombre, el que me invitó a cantar, y es el compositor principal del trío, lentamente estamos moviendo el repertorio hacia tangos nuevos y él es el que compone la mayor parte de los tangos, milongas y "tangueces" que hacemos. Para Jorge y para mí, además, Malajunta se ha convertido en un fuerte proyecto de vida porque Malajunta coincide con el inicio de nuestra vida como pareja, nuestra pareja inició en el 2010 casi a la par que este proyecto.
¿Crees que el Tango es más valorado en el exterior que en el Río de la Plata?
Acá hay que hacer una distinción entre el tango como baile y el tango como música para escuchar. Los bailarines han hecho un gran trabajo desde el punto de la difusión del tango a nivel mundial, lo han puesto de moda, hacen giras, en casi todas las ciudades más importantes del mundo hay academias donde aprender tango y milongas. Muy distinta es la suerte de los músicos y cantantes. De modo que a los músicos no se nos valora tanto afuera como en estas ciudades (Montevideo y Buenos Aires), y eso es algo por lo que tenemos que luchar, salir más al exterior y defender la poética tanguera, sus armonías y melodías increíblemente bellas, y que la gente también guste de esto y no sólo de bailarlo.
¿Cuáles son tus referentes?
Yo abordo el tango como cantante amante de la música, así que mis referentes son los buenos cantantes en general, he escuchado desde niña a Elis Regina, a Mercedes Sosa, a María Elena Walsh, a Chico Buarque, Alfredo Zitarrosa, Atahualpa Yupanqui... siempre hubo en mi casa de infancia buena música. Dentro del tango admiro mucho a Nelly Omar, Olga Delgrossi, Edmundo Rivero, Goyeneche, y de las generaciones actuales me gusta mucho el Tape Rubín y sus guitarras del Puente Alsina, y Noelia Moncada
¿Se te hizo difícil insertarte en el ambiente?
Si, Montevideo es una ciudad pequeña, con muchos músicos amigos, y empecé este proyecto con dos grandes músicos, así que desde ese punto de vista se puede decir que no fue difícil. Aquí se tiene acceso a casi todo el mundo, no es una ciudad con grandes barreras, todos nos encontramos en algún momento de la vida y estamos a pocos "grados" de los otros. Pero también es una ciudad en la que hay muchos, muchos músicos, y hay mucha propuesta de nivel, entonces la dificultad sea más por ese lado, poco público y muchas propuestas. Es una ciudad musical.
¿Cuál fue el lugar que más los sorprendió cuando tocaron?
Tocamos en muchos lugares, en lugares pequeños, con poca gente, en pueblos perdidos, pero sorprendente fue para mí tocar en el Teatro Solís, el teatro más lindo de Montevideo. Esa es una noche que no olvido, el teatro lleno, toda la belleza del teatro, el trabajo perfecto de sus técnicos. Pero también recuerdo una actuación en Pueblo Garzón, sin camarines, yo maquillándome sobre un aljibe, de nochecita tocamos bajo una para para unas diez personas que fueron con sus perros, los perros se sentaron a escuchar el recital.
¿Qué es lo que más te gusta de cantar tango?
Yo trato de elegir los tangos por la letra, y personalmente en la letra la que me lleva, el fraseo, pensar cómo voy a decirlo es lo más importante, claro que si además la letra que me llega y me importa decir viene llevada por el río de una bella melodía, es perfecto, y justamente es en éste género donde eso se da con más fluidez: una poética profunda de gran nivel y melodías bellísimas.